martes, 20 de julio de 2010

El canapé color de fuego de Fougeret de Montbron

El primero de los relatos libertinos que voy a reseñar es El canapé color de fuego. Se trata de un simpático cuento al estilo de los cuentos de hadas que se lee de un tirón. El cuento está basado en la obra de Crébillon "Le sopha", acerca de un alma atrapada en un sofá y condenado a vivir como mueble hasta que una joven virgen entregue por amor su doncellez sobre él. Este cuento fué publicado un año antes del de Crébillon, 1741, pero está basado en el manuscrito que éste diera a conocer a Montbron.

En el siglo XVIII, el lugar natural para tener relaciones sexuales según la literatura era el canapé, como en nuestra moderna literatura el lugar natural es sobre el escritorio.

La historia comienza cuando un adinerado carcamal viudo se casa con una una joven aristócrata, y en plena fiesta de bodas se pierden en un privado donde "Don Carcamal" intenta desvirgar a su flamante nueva esposa. Por la presión o por la bola, no consigue la firmeza grado 4 que necesita, así que se dan por vencidos. En ese momento, el desvencijado sofá sobre el que estaba maniobrando, se transforma en una persona que adopta el apodo de Cómodo, quien ofrece contarles su maravillosa historia en agradecimiento por volverlo a la normalidad. Mandan al Carcamal a buscar una silla, y Cómodo termina la faena con la novia.

Cómodo había sido en otra época un apuesto jóven que se dedicaba a la cacería (aquí hay un doble sentido que creo que no salió en la traducción), pero había un hada más fea que un coche por abajo que se lo quería untar en sus privadas partes. Otra hada le advierte el peligro que corre y lo oculta transformándolo en un pequeño chucho.

Por  un error, un día la gordinflona hada se da cuenta del engaño y prepara el sacrificio del jóven, que al no conseguir una firmeza grado 4 (vamos, al verle las tetas en las rodillas no consiguió firmeza alguna) se le toma por despreciativo y lo convierten en sofá, hechizo que sólo sería roto cuando a alguien le pasara lo que a Don Carcamal le pasó.

Lo venden a un burdel y allí comienza una sátira de las costumbres licenciosas de los aristócratas y los clérigos: sacerdotes que se emborrachan y cogen como soldados, soldados que cenan con sacerdotes en burdeles, aristócratas amantes de los enemas, cuernos, intrigas, mentiras.........buen rollo.

El abate, tras una ligera resistencia, deja al descubierto la muestra de un trasero amarillento, seco y arrugado.
-¡Oh!, eso no basta- prosiguió la joven- hay que verlo todo

Le arranca, acto seguido la camisa de los hombros y le baja los calzones hasta las corvas. Finalmente, nada más recibir media docena de golpes, fingió querer esquivarlos con las manos, pero ella se las ató por delante y le zurró hasta hacerle sangre.

-Vaya una historia- dijo el procurador – por favor ¿qué paso luego?

-Que pensó romperme los riñones al instante encima de su folladora y que nunca se llevó a cabo una hazaña de tal especie de forma tan vigorosa. Pero adivinad lo que hizo para proceder luego

- No puedo – respondió el procurador – tal vez se comió una manzana y bebió además un vaso de agua.

- Nada de eso – respondió el caballero – no hizo sino cambiar los papeles: en lugar de escolar, se volvió maestro, y la maestra se volvió escolar.

De forma que la maestra fue azotada a su vez- dijo la procuradora

-Exacto- replicó Cómodo- el abate, para entonarse dio un ligero matiz encarnado al trasero más blanco y más apetitoso del mundo.

Cómodo sale de casa de los novios después de algunos días de picarse a la flamante esposa, se toma una buena ración de huevos (el viagra del siglo 18) y se presenta ante la horrenda hada, que para la ocasión se había echado un doble lazo para detener las tetas en su lugar. Cómodo se ríe y cumple la faena, con lo que es perdonado por el hada y es nombrado cerbatanero real.

Y colorín colorado, esta reseña se ha acabado





Perversógrafo: desvirgamientos, sexo vaginal, flagelación, dominación, enemas, anticlericalismo

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